¿Es obligatorio renovar la cédula de habitabilidad?

Iker Marquez
Iker Marquez

Tener una vivienda en propiedad no es un asunto sencillo, pues con ella vienen una gran cantidad de responsabilidades que no debemos pasar por alto. El pago de los impuestos correspondientes, las tasas o las licencias son asuntos administrativos que siempre hay que mantener al día si no queremos vernos en problemas.

La renovación de la cédula de habitabilidad es uno de esos aspectos que hacen dudar y crean desconcierto en los propietarios. ¿En qué consiste realmente este documento?, ¿es obligatorio renovarlo? Si tú también tienes estas dudas, ¡sigue leyendo! En este artículo trataremos de explicártelo todo con claridad y despejar todas tus dudas al respecto.

¿Qué es y para qué sirve una cédula de habitabilidad?

Lo primero que debes saber es qué es la cédula de habitabilidad y para qué sirve, de esta forma comprenderás mucho mejor las responsabilidades que tienes asociadas a ella. Se trata de un documento acreditativo que confirma que una vivienda reúne los requisitos indispensables para que una persona pueda vivir en su interior. Lo que evalúa son diferentes aspectos técnicos, sanitarios e higiénicos que se consideran básicos.

Es un documento en todo caso oficial que certifica la legalidad para habitar en un inmueble. No obstante, no es incompatible con que en él se efectúen otras actividades diferentes. Para ellas también habrá que solicitar las licencias o permisos que sean pertinentes en cada caso.

Tipos de cédulas de habitabilidad

Cabe destacar que existen diferentes tipos de cédulas de habitabilidad que permiten cubrir diferentes situaciones en un inmueble. Son los siguientes:

  • Cédula de habitabilidad de primera ocupación. Se trata del documento que entrega el Ayuntamiento correspondiente a una vivienda nueva que cumple los requisitos para ser habitada.
  • Cédula de habitabilidad de primera ocupación por rehabilitación. Se otorga a los inmuebles en los que se han efectuado grandes reformas que son lo suficientemente relevantes.
  • Cédula de habitabilidad de segunda ocupación. Es la que se entrega a viviendas que no son nuevas y que ya han sido habitadas por otras personas con anterioridad.

¿Para qué sirve la cédula de habitabilidad?

El principal objetivo de este documento es garantizar que una persona puede entrar a vivir en determinado domicilio porque este cumple con todos los mínimos que se consideran en nuestro país para ello. De esta forma, si se desea alquilar o vender un inmueble destinado a vivienda, nos será imprescindible hacernos con esta acreditación. Además, una vez obtenida tendremos vía libre para solicitar diferentes suministros como el agua o la luz.

¿Cuándo caducan las cédulas de habitabilidad?

Un aspecto importante que debes conocer es que la cédula de habitabilidad tiene una caducidad, ya que los inmuebles con los años pueden sufrir desperfectos o deterioros que los conviertan en no aptos para vivir en su interior. La vigencia va a depender generalmente de cada Comunidad Autónoma, aunque suele ser de 15 años. En esto también influye la fecha en la que ha sido otorgada al inmueble:

  • Cédulas de primera ocupación. Las cédulas de primera ocupación hasta el año 2024 tenían una vigencia de 10 años, las otorgadas hasta 2024 disponen de una vigencia de 15 años y las que se entregan después de 2024 y hasta la fecha tienen validez de 25 años.
  • Cédulas de segunda ocupación y rehabilitación. Como este caso es diferente, todas suelen tener su caducidad a los 15 años.

Los plazos han ido cambiando con el paso del tiempo, como se puede comprobar. Esto no es una cuestión de generosidad por parte de las instituciones, pues realmente se debe a que los materiales que se emplean actualmente para la construcción ofrecen unas garantías de durabilidad mayores. Esto nos indica que un edificio recién construido va a aguantar en condiciones adecuadas por más años que otros que han sido creados hace dos o tres décadas. Al igual que otros aspectos de la ley, las cédulas de habitabilidad también se van adaptando a los tiempos que corren.

¿Qué pasa si tengo la cédula de habitabilidad caducada?

La cédula de habitabilidad es la que te va a garantizar que una vivienda está en buenas condiciones para vivir en ella y, por lo tanto, cuando esta caduca, el inmueble ya no es legalmente habitable. Si eres tú el que usa el domicilio o lo tienes vacío, tampoco habrá ningún problema de por sí en un principio.

Sin embargo, en el momento en el que quieras vender o alquilar la propiedad va a ser imprescindible contar con este documento. Lo más adecuado en este caso es renovarla para que el trámite quede efectuado por 15 o 25 años más y no tengas que enfrentarte a ningún tipo de problema. Además, si habitas en la casa o el piso, también garantizas tu propia seguridad en su interior.

¿Cómo renovar la cédula de habitabilidad?

Cuando la cédula de habitabilidad está vigente, solo debes solicitar un duplicado en el momento en el que la necesites, pero si esta está caducada tendrás que proceder a su renovación. En ambos casos, hay empresas especializadas como ARKespai que pueden ayudarte con el trámite, hacerlo por ti o consultar qué fecha de caducidad tiene tu acreditación. 

Los trámites pueden cambiar en cada Comunidad Autónoma o Ayuntamiento, incluso pueden poner nombres diferentes en cada uno de los casos. En general, todos van a solicitar el certificado de habitabilidad para efectuar al trámite, por lo que habrá que presentarlo según los requisitos.

El certificado de habitabilidad es otro documento diferente que no se debe confundir. Se trata de un informe que efectúa un técnico o arquitecto cualificado inspeccionando detalladamente la vivienda, sus características, estructuras o medidas de higiene. En él vienen todas las características y se puede observar la competencia que tiene un inmueble para ser habitado. Si el ayuntamiento verifica este informe, será cuando otorgue la cédula de habitabilidad.

Requisitos para obtener la cédula de habitabilidad

En este caso también nos encontramos con determinadas particularidades según la Comunidad Autónoma en la que se encuentre la vivienda en cuestión. Como norma general, se valoran aspectos como la distribución del espacio o la superficie útil. A esto se suman diferentes factores relacionados con la higiene y la salubridad e incluso, en algunos casos, se solicita el registro en el Catastro del inmueble con un uso de vivienda.

Viviendas que no cumplen los requisitos

Algo que puede ocurrir a la hora de renovar la cédula de habitabilidad es que el inmueble ya no cuente con los requisitos que se exigen para poder ostentar esta acreditación. En ese caso, se presentará un informe técnico explicando aquellos factores que no cumplen con la normativa para que el propietario pueda arreglar las deficiencias en determinado plazo. Pasado el tiempo se inspeccionará de nuevo el inmueble y, si esta vez cumple con lo solicitado, podrá recuperar su cédula de habitabilidad.